Acercando libros a personas






Dedicarle un día al libro, como se lo dedicamos a la mujer o al trabajo, es un síntoma de su invisibilidad. Alguien dirá que no, que es una celebración, como un cumpleaños donde se hace una fiesta y todos comemos algo dulce para recordarlo.

Si fuera así, si celebrar tuviera sentido de verdad, serviría para algo más que para insistir, porque funcionaría como un despertador y todos nos daríamos cuenta de algo, pero el resultado al final siempre es proporcional a esa invisibilidad, o sea, sirve poco y aburre, porque es automático y mecánico, porque todos recordamos lo mismo el mismo día y luego se nos olvida.

La pregunta sería por qué es necesario recordarnos a nosotros mismos que podemos que leer, por qué recordarnos que en el género no hay distinción y que el trabajo es un derecho, no sé cuando perdimos la memoria.

No queremos celebrar el día del libro, entonces, queremos seguir acercando libros a personas, por costumbre.
Haremos una montaña al pie de la escalera para que sea más fácil estar cerca, desde las seis de la tarde hasta que se terminen los encuentros, puedes venir a conocer a tu libro y llevártelo a casa, si se entienden bien.
Será el jueves 23 de abril, sí, el día del libro, qué le vamos a hacer!