Diario de librera: el misterio


Leer o no leer no es la cuestión. Leemos a pesar de no leer. Leemos los labios y el cuerpo. Leemos billetes, instrucciones de apertura o un prospecto. La cosa va de leer. Leer la mente, los sueños, leemos los números en el cajero. Leemos hasta la saciedad. Tanto que leemos, que creemos que no leemos. Leer ya no es lo que era.

Pero por la lectura y a pesar de ella creo en éstas cuatro palabras que leo. Cómo las identifico y cómo las integro será siempre un misterio.

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Leyó su nombre y le puso cara, porque un nombre se parece a la persona que señala.