III Mercadillo de libros en el Café 7


Para evitar las hopalandas de los nazarenos, los capirotes de violeta profundo y la procesión de cirios que se acerca, que siempre viene ahumada con nubes de incienso y esa música lacónica de fervor militar, hemos decidido adelantar el Mercadillo de libros de viejo y de saldo al próximo fin de semana. 

Desde el viernes 31 hasta el domingo 1 de abril, de 18 a 21 horas, estaremos en Café 7 (C/ El Juego, 7, La Laguna) con las presas del último mes.

Es muy probable que la gran Simonetta Pisani (Attenomis) nos conceda el honor de poner a la venta alguna muestra de su obra gráfica.

Para atraer a los beatos haremos estaciones de penitencia en los subgéneros más descalificados, ofreceremos cinturón de esparto a los masoquistas letraheridos, habrá pesadas cruces de tea para los adictos a la filosofía, y todas las cofradías y hermandades tendrán lo que se merecen.

El camarote de los adictos



Ayer tuvimos camarote de los hermanos Marx en la jaula que ocupamos en el Café 7 con nuestro mercadillo de libros de viejo y de saldo.

Los toxicómanos del papel tintado son gente de cuidado. Se agolpan frente a las mesas, hacen parapeto y van acumulando libros, concentrados en el escaneo.

Antes de vaciar las cajas ya estaban ellos metiendo mano, salvajes, sedientos.

Durante la primera hora fuimos expulsados tres veces por la multitud.

Gracias a las ventas hemos conseguido alejarnos unos milímetros del umbral de la pobreza.

No os preocupéis. Hoy habrá más carne fresca y encuadernada para llenar los huecos.

Entre la multitud apretujada se vieron carteristas, camareros, alemanes con libros de Ouspensky, pintores y poetas en feliz pelea, un chaval bailando claqué con un libro de Tagore, otro que leía absorto, entre codazos e insultos, Cuchillo casi flor de Luis Feria, un bizco que nadaba sobre un mar de cabezas con Asimov entre las manos y un niño arrastrándose entre un bosque de piernas con un cómic en la boca.

Una fiesta para caníbales.

No se la pierdan.